jueves, 26 de diciembre de 2013

Cristóbal Colón.

Cristóbal Colón, navegante genovés al servicio de Castilla. En 1476 fijaría su residencia en Lisboa, desde donde realizó viajes de gran amplitud (hasta Islandia, en el mar del Norte). Allí casó con Felipa Moniz de Perestrello, muy bien relacionada, por su padre, con los círculos vinculados a las grandes empresas descubridoras que Portugal estaba desarrollando por entonces, con el empeño de circunnavegar África para llegar al Índico y alterar la ruta tradicional de las especias. Diego Perestrello, padre de Felipa, era capitán donatario y colonizador de la isla de Porto Santo (Madera). El enlace de Cristóbal con esta familia marcó una inflexión decisiva en su vida: Colón fue desprendiéndose cada vez más de las actividades mercantiles y orientándose hacia las empresas geográficas y científicas.
En cuanto a los orígenes de su gran proyecto, parecen indudablemente relacionados con las ideas que el humanista florentino Paolo del Pozzo Toscanelli participó, primero verbalmente y luego a través de una extensa carta, a Fernando Martins, canónigo de Lisboa y muy allegado al rey. Esta carta contiene ya el proyecto colombino. Parte éste de un supuesto cierto (la esfericidad de la tierra) y dos grandes errores:
- Creer mucho más extendidas las tierras del continente euroasiático, en el sentido de los paralelos, y, por tanto, mucho más breve el espacio marítimo entre costa y costa.
- Una medida equivocada del grado ecuatorial, que haría mucho más reducido el diámetro terrestre de lo que es en realidad.
Pero, en esencia, la teoría de Toscanelli es la de Colón: la facilidad de alcanzar el oriente (el gran foco del mercado de las especias) navegando hacia occidente. Ofreció Colón su proyecto a Juan II de Portugal; el rey lo sometió a una junta de técnicos, presidida por Diego Ortiz de Calzadilla, obispo de Ceuta: ésta lo rechazó, con buen fundamento. Es posible que Juan II intentase, sin embargo, poner en práctica la idea, enviando, a espaldas del genovés, una expedición que no tuvo éxito. De aquí que Colón, disgustado, decidiese salir de Lisboa y acudir a la vecina corte de Castilla; su esposa había muerto, y el abandono de sus antiguos negocios le había creado una situación económica difícil, que compartía con su hermano Bartolomé.
Colón entró en contacto, primero con los miembros del consejo real, y luego directamente con los reyes, quienes, como había hecho Juan II, sometieron el proyecto a una junta (la llamada “Junta de Salamanca”); por las mismas razones que en Portugal, también en Castilla fue rechazado por los técnicos (1487). Pero Isabel no desechó la idea: realmente, la ruta a oriente por occidente abría una remota posibilidad de expansión a Castilla.
Sin embargo, hasta 1492, ya ultimada la guerra de Granada, no serían firmadas las capitulaciones de Santa Fe (17 abril), no sin dificultades e incluso con un rompimiento motivado por las exigencias de Colón, que ya anteriormente, en 1491, desalentado, había querido abandonar Castilla y acudir al rey de Francia, determinación de la que le disuadieron, en La Rábida, fray Antonio de Marchena y fray Juan Pérez. Pero, en definitiva, obtuvo en estas capitulaciones los títulos de virrey y almirante y los derechos sobre la décima parte de cuanto se obtuviese en las tierras alcanzadas.
Los viajes de Cristóbal Colón
Primer viaje. Realizada la expedición, gracias sobre todo a los buenos oficios de los hermanos Pinzón, salió Colón de la costa de Huelva con las embarcaciones Pinta, Niña y Santa María el 3 de agosto de 1492 y, tras una breve escala en Canarias, el 6 de septiembre inició la travesía atlántica. La expedición alcanzó tierra en Guanahaní (Watling, en las Bahamas), que Colón bautizó San Salvador (12 octubre), no sin antes tener que sobreponerse a la inquietud de los tripulantes, lógicamente exacerbada al prolongarse el viaje más de lo previsto. Sucesivamente tocaron otras islas del mismo archipiélago (Santa María, Fernandina, Isabela) y, por último, Juana (Cuba, ya en las grandes Antillas) y la Española, donde de momento, encallada la Santa María, hizo construir Colón un primer establecimiento (el fuerte Navidad). Al regreso hubo de enfrentarse con un temporal que separó a las carabelas: la Pinta alcanzó Galicia, y Colón, en al Niña, Lisboa. Juan II lo recibió ceremoniosamente, y en seguida inició la disputa diplomática con los Reyes Católicos sobre sus derechos a las islas descubiertas.
Segundo viaje. Entretanto Colón, que había sido recibido triunfalmente en Barcelona por los Reyes Católicos, realizaba su segundo viaje (1493-1496), en el que descubrió el archipiélago de las pequeñas Antillas, Puerto Rico y Jamaica, a más de circunnavegar en buena parte por Cuba y realizar una fundación (La Isabela) en La Española (el fuerte Navidad había sido destruido por los indígenas).
Tercer viaje. En el tercero (1498-1500) descubrió costa continental (en la desembocadura del Orinoco) y luego las islas de Trinidad y Cubagua, antes de llegar a La Española. Fue entonces cuando atravesó Colón sus primeras dificultades graves como virrey, dada su escasa capacidad de gobierno.
Cuarto viaje. Realizó un cuarto viaje (1502), pero se le prohibió expresamente tocar la Española. En esta ocasión descubrió Colón la costa de América Central, entre Honduras y Panamá.
Sin embargo, Colón, que murió dos años después de su regreso, nunca llegó a sospechar que las tierras por él descubiertas no tenía nada que ver con Asia; en tal sentido el descubrimiento intelectual del Nuevo mundo cabe atribuirlo a Américo Vespuccio; en cambio, no es cierto que éste visitara el continente antes que Colón en un fantaseado viaje.
Cómo influyó esto en España

Una de las principales consecuencias del descubrimiento de Cristóbal Colón fue común para indígenas y colonizadores. Esta consecuencia es la mezcla de razas, principalmente por matrimonios legítimos, autorizados por una cédula de Fernando el Católico (1514).
Se podría decir que el cambio más importante para los indígenas, fue la economía y el comercio. Los españoles les aportaron un nuevo sistema económico más avanzado y evolucionado aunque esto era consecuencia directa de los objetivos de los españoles de obtener riquezas de aquellas tierras.
Los indígenas también obtuvieron un nuevo idioma, el español, que hoy en día sigue siendo un gran vínculo de unión entre los dos continentes, aunque también hay que decir, que debido a la colonización de los españoles y portugueses algunas lenguas nativas se perdieron.
En algunos casos hay que decir que aunque la legislación española en lo relativo al nuevo mundo se puede decir que tenía un carácter humanitario para la época, en la práctica se cometieron muchos abusos con los indígenas, y la realidad era que estaban en la parte más baja del escalafón social.
Los indígenas descubrieron nuevas innovaciones como la rueda que era desconocida para ellos. Por otra parte también llegaron al Nuevo Mundo nuevos cultivos, y la ganadería.
La cultura de los indígenas también se vio enriquecida, y un hecho notorio de ello fue la creación de nuevas universidades en el nuevo continente, así como la difusión de la imprenta que contribuyó a la propagación de la cultura.
Otra consecuencia que se puede denominar común tanto para los indígenas como para los españoles es la fusión artística que se produce entre el arte precolombino y el arte europeo. Así surge un nuevo estilo artístico que podríamos denominar colonial. Por lo tanto no sólo se produjo un mestizaje de razas.
La principal consecuencia para los españoles es que encontraron una gran fuente de riqueza que le llevó a ser el Imperio más grande de la historia. España encontró en América una gran fuente de riqueza, sobre todo de metales preciosos, especias y otros artículos. También obtuvieron nuevos productos agrícolas hasta entonces desconocidos como el tabaco, el tomate, el maíz, la patata, el chocolate, etc.
También fue un lograr para desviar el exceso de población que en aquella época existía en España.
También se consiguió un notable incremento del comercio internacional.
Una consecuencia muy importante para España fue que vio aumentada su demanda de productos manufacturados. Esto tiene dos aspectos, uno positivo ya que aumentaba su capacidad de venta y salida de productos, pero también un aspecto negativo, y era que España no tenía la capacidad suficiente para atender toda la demanda, teniendo que adquirir los productos a otros países. Esto en su conjunto, motivó un aumento de precios, que propició la caída del poder adquisitivo del pueblo.
La Corona incrementó sus arcas, y gracias a ellas, pudo nutrir su gran ejército. España, también pasó a controlar la mayoría de las rutas comerciales.
España también se benefició de la mezcla que se produjo entre las dos culturas, tanto a nivel racial, cultural o artístico, ya así, por ejemplo, el lenguaje español se vio enriquecido con nuevos términos procedentes de las Indias (americanismos).





Patricia.

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