viernes, 27 de diciembre de 2013

Las Misiones Jesuitas.

La Compañía de Jesús es una orden religiosa que fue fundada en el año 1534, por Iñigo López de Recalde, que luego fuera canonizado por la Iglesia Católica como San Ignacio de Loyola. Integrada inicialmente por un grupo de jóvenes estudiantes de la Universidad de París, la existencia de la Orden fue aprobada por el Papa Pablo III, en 1540.

Los integrantes de la Compañía de Jesús se denominan jesuitas. Su fundador, Ignacio de Loyola, centró las determinantes de su fé religiosa en la figura de Jesucristo; del mismo modo que otras órdenes religiosas lo hicieron en la Virgen María o en otras figuras prominentes de la religión católica.

La Compañía de Jesús tuvo como uno de sus objetivos primarios, ejercer la defensa de la Iglesia Católica, especialmente ante el surgimiento en Europa de la Reforma Luterana y se convirtió en uno de los principales impulsores de la llamada Contrarreforma. El lema de su fundador era Omni ad maiorem Dei gloriam (Todo para la mayor gloria de Dios).

Una de sus metas principales era propagar la fe cristiana entre los indios paganos del nuevo mundo, por lo cual muchos jesuitas europeos se dirigieron al continente americano, destacándose entre ellos varios de origen húngaro. Algunos se dirigieron a la zona de los Ríos Amazonas y Marañón y sus afluentes, actuando como misioneros entre los indios de esas regiones; con lo cual realizaron también indirectamente una interesante actividad en cuanto al conocimiento geográfico de esas regiones, especialmente en cuanto a la delimitación de los territorios asignados a España y Portugal.

Las Misiones Jesuitas se establecieron en la zona de la colonización española en la Gobernación del Río de la Plata con la finalidad conjunta de civilizar a los indígenas bajo la autoridad española y simultáneamente ejercer actos de efectiva ocupación de los territorios que estaban en una zona en la cual no se delimitaban claramente las jurisdicciones de la colonización española y portuguesa. Fueron poblaciones integradas exclusivamente por indígenas, aunque dirigidas por monjes jesuitas a los que se asignaba función sacerdotal, instaladas en territorios expresamente asignados para tal fin, comprendidos en la Provincia Jesuita del Paraguay, creada en 1604.

Existieron dos grandes grupos de Misiones, las Misiones Orientales que estaban ubicadas en los territorios a este del río Uruguay, al norte del Río Ibicuy, y a ambos lados de la actual frontera entre Uruguay y Brasil; y las Misiones Occidentales, situadas en actual territorio argentino de los ríos Paraná y Paraguay, en el territorio de la actual Provincia de Misiones, que son las únicas de las que se han conservado restos de sus edificaciones, y que son visitadas como lugar de interés turístico.

La primera de las Misiones fue establecida en 1624, dirigida por el Padre Guzmán quien logró fundar en territorio del actual Departamento de Soriano, ubicado al sur del Río Negro, la Misión de Santo Domingo de Soriano, cuyos pobladores fueron indios chanás.

Los padres jesuitas llegaron a establecer muchas otras Misiones sobre las costas orientales del Río Uruguay, abarcando territorio de los actuales Departamentos de Artigas y Rivera, como del sur del actual Estado brasileño de Río Grande del Sur; entre ellas las poblaciones de San Borja, San Ángel, San Juan, San Nicolás, San Luis, San Lorenzo y San Miguel, que alcanzaron en su conjunto una población superior a las 30.000 personas.

En 1604 se creó la llamada Provincia Jesuítica del Paraguay, que abarcaba los territorios habitados por indios guaraníes, compuesta por grandes extensiones de tierras llamadas “estancias” y dentro de cuyo territorio los jesuitas instalaron un total de 30 misiones; de las cuales siete estuvieron situadas al este del Río Uruguay, y fueron denominadas “Los siete pueblos de las Misiones”, integrados por San Borja, de 1682; San Nicolás, de 1687; San Miguel, de 1687; San Luis, de 1687; San Lorenzo, de 1690; San Juan, de 1697 y San Ángel, de 1706.

Las misiones orientales estaban en el territorio actual del Estado de Río Grande del Sur, un territorio que integraba la indefinida frontera entre las zonas de influencia de los españoles y los portugueses y en el cual incursionaban alternativamente. Comenzaron a establecerse para detener la expansión portuguesa a partir de una primera reducción de San Nicolás fundada en 1626 por el jesuita Roque González, aunque fue abandonada en 1637.

Luego, en 1632, el jesuita Cristóbal de Mendoza fundó la misión de San Miguel de Arcángel, en las costas del Río Ibicuy; una misión que alcanzó su mejor época en las primeras cinco décadas del siglo XVIII, habiendo llegado a tener una población de alrededor de 6.000 habitantes, pero luego entró en sostenida decadencia. Actualmente, sus ruinas han sido restauradas y — conjuntamente con los de la Misión de San Ignacio Miní, en Argentina y los de las Misiones de Trinidad y de Jesús en Paraguay — constituyen los únicos restos de las Misiones Jesuíticas.

Atendiendo a su objetivo de civilizar a los indígenas, los jesuitas lograron insertarse en su estructura social; logrando primeramente su sedentarización mediante el establecimiento de los poblados que constituyeron las Misiones. Los guaraníes se encontraban en estado tribal; componiéndose sus colectividades por conjuntos de familias poligámicas que contaban con dos autoridades, los caciques y los chamanes. Vivían en un estado sumamente primitivo, practicaban la antropofagia, y ejecutaban ceremonias funerarias de tipo pagano.

Los caciques eran principalmente jefes guerreros cuya autoridad se centraba fundamentalmente en los aspectos materiales de la vida del grupo; en tanto que los chamanes, también llamados payes tenían un ascendiente de carácter religioso, entre lo cual se incluía — como en muchos otros pueblos primitivos — intervenir frente a las enfermedades. Por lo tanto los jesuitas, en cuanto tenían como objetivo la conversión religiosa de los indios, que implicaba quitar su influencia a los chamanes, se apoyaron en la rivalidad de ellos con los caciques. Obteniendo la conversión religiosa de los caciques se propiciaba la del resto de la tribu; y para los caciques, ello significaba imponer su autoridad por sobre la de los chamanes.

Los jesuitas fueron transformando gradualmente las costumbres de los indígenas; atendiendo primariamente a aquellos aspectos más contrarios a los principios de la religión católica, como la antropofagia y la poligamia. Orientaron la organización familiar de la tribu guaraní en base a la monogamia; para lo cual construyeron en sus Misiones un tipo de habitaciones que se conocen como “tiras”; por cuanto las unidades de habitación eran contiguas, pero en cada una habitaba solamente una familia, destinando la primera a la familia del cacique.


Fotograma de la película "La Misión", con Jeremy Irons.


Texto extraído de "La Escuela Digital", Historia. 


Paula.

Leonardo Da Vinci.



Leonardo da Vinci nació en Vinci en 1452 y fallece en Amboise en 1519. Representa el modelo de hombre renacentista en su máximo exponente. Fue un gran artista y también un gran científico, ya que dedicó gran parte de su vida al estudio de la filosofía natural (nombre que antiguamente se le daba a la ciencia). En sus escritos se encuentran anticipaciones de muchos desarrollos posteriores de la ciencia y se planteaba publicar numerosos de estos tratados científicos con los materiales recogidos en sus cuadernos que abarcan todo tipo de disciplinas, pero pese a su gran dedicación no lo consiguió.

Muchos de los cuadernos de Leonardo van acompañados de textos crípticos que hay que descifrar, también cuentan con miles de dibujos y gráficos. Muchos se han perdido aunque alguno ha reaparecido como los códices, que aparecieron en 1965 en la Biblioteca Nacional de Madrid. Los cuadernos que quedan se encuentras esparcidos por Europa.



Mucho más que un pintor.

Leonardo estableció los principios básicos de la dendrocronología, es decir, el uso de los anillos de crecimiento de los árboles para determinar su edad y las variaciones climáticas que han experimentado a lo largo de su existencia. Este descubrimiento se observa en su famoso Tratado de la pintura, único texto de Leonardo en circulación antes del siglo XIX.

Leonardo sentía una especial fascinación por los movimientos del agua, anticipó la dinámica de fluidos, siendo el primero en analizar y describir detalladamente la dinámica de los vórtices de agua.

Los fósiles llamaron asimismo la atención de Leonardo quien anticipó conceptos que la paleobiología sólo ha establecido rigurosamente en el siglo XX. Por otra parte, también describió correctamente el proceso de erosión, sedimentación y acumulación que hoy los geólogos conocen como el ciclo de las rocas.

Igualmente, sus observaciones anatómicas fueron rompedoras en su tiempo. Contra el parecer de las autoridades médicas de su época, Leonardo dejó constancia, en el llamado Manuscrito G, de que el corazón es un músculo y de que no tiene dos cavidades, sino cuatro. También describió correctamente el funcionamiento de las válvulas cardíacas, y realizó unos precisos dibujos de la válvula que abre y cierra la arteria aorta, asombrosamente parecidos a las fotografías contemporáneas obtenidas a alta velocidad.
  
Válvulas cardíacas

Los principios de la naturaleza

Leonardo también se sintió atraído por los procesos que rigen la luz y el sonido. Entendió que tanto la luz como el sonido se propagan a través de ondas, comprendió la disipación de la energía, y también Reconoció la relatividad del movimiento. En manuscritos como el Códice atlántico describió lo que hoy conocemos como tercera ley de Newton: «A cada acción corresponde una reacción igual y opuesta», anotando, por ejemplo, que tanta fuerza ejerce el ala del águila contra el aire como el aire contra el ala del águila.

Leonardo se adentró en todo tipo de ámbitos: pintura, escultura, arquitectura, geografía, cartografía, mecánica, geometría, astronomía, anatomía, óptica, botánica… Y aprendió sobre todo de la observación del mundo natural. Pero aunque no habló nunca de «leyes de la naturaleza», en los cuadernos conservados en la biblioteca del castillo de Windsor, Leonardo elogia las «obras maravillosas de la naturaleza» y escribe que «nunca se encontrará invento más bello, más sencillo o más económico que los de la naturaleza, pues en sus inventos nada falta y nada es superfluo».

Leonardo, el precursor

Para él, el mundo no estaba regido por principios abstractos ni por Dios, sino por la incesante creatividad de la naturaleza.

Leonardo describió y dibujó a fondo los mecanismos del cuerpo humano, pero dejó claro que el cuerpo es mucho más que una máquina. Encontró ritmos ondulatorios comunes en el agua, la tierra, el aire y la luz, y reflejó la interdependencia y autoorganización que caracterizan a todo ser viviente. Leonardo llegó a intuir lo que hoy llamamos «cadenas alimentarias» y ciclos tróficos. Por todo ello, y mucho más, hoy se considera a Leonardo un precursor de la percepción cualitativa y holística que resulta esencial para comprender la complejidad y la belleza del mundo.


Alba.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Cristóbal Colón.

Cristóbal Colón, navegante genovés al servicio de Castilla. En 1476 fijaría su residencia en Lisboa, desde donde realizó viajes de gran amplitud (hasta Islandia, en el mar del Norte). Allí casó con Felipa Moniz de Perestrello, muy bien relacionada, por su padre, con los círculos vinculados a las grandes empresas descubridoras que Portugal estaba desarrollando por entonces, con el empeño de circunnavegar África para llegar al Índico y alterar la ruta tradicional de las especias. Diego Perestrello, padre de Felipa, era capitán donatario y colonizador de la isla de Porto Santo (Madera). El enlace de Cristóbal con esta familia marcó una inflexión decisiva en su vida: Colón fue desprendiéndose cada vez más de las actividades mercantiles y orientándose hacia las empresas geográficas y científicas.
En cuanto a los orígenes de su gran proyecto, parecen indudablemente relacionados con las ideas que el humanista florentino Paolo del Pozzo Toscanelli participó, primero verbalmente y luego a través de una extensa carta, a Fernando Martins, canónigo de Lisboa y muy allegado al rey. Esta carta contiene ya el proyecto colombino. Parte éste de un supuesto cierto (la esfericidad de la tierra) y dos grandes errores:
- Creer mucho más extendidas las tierras del continente euroasiático, en el sentido de los paralelos, y, por tanto, mucho más breve el espacio marítimo entre costa y costa.
- Una medida equivocada del grado ecuatorial, que haría mucho más reducido el diámetro terrestre de lo que es en realidad.
Pero, en esencia, la teoría de Toscanelli es la de Colón: la facilidad de alcanzar el oriente (el gran foco del mercado de las especias) navegando hacia occidente. Ofreció Colón su proyecto a Juan II de Portugal; el rey lo sometió a una junta de técnicos, presidida por Diego Ortiz de Calzadilla, obispo de Ceuta: ésta lo rechazó, con buen fundamento. Es posible que Juan II intentase, sin embargo, poner en práctica la idea, enviando, a espaldas del genovés, una expedición que no tuvo éxito. De aquí que Colón, disgustado, decidiese salir de Lisboa y acudir a la vecina corte de Castilla; su esposa había muerto, y el abandono de sus antiguos negocios le había creado una situación económica difícil, que compartía con su hermano Bartolomé.
Colón entró en contacto, primero con los miembros del consejo real, y luego directamente con los reyes, quienes, como había hecho Juan II, sometieron el proyecto a una junta (la llamada “Junta de Salamanca”); por las mismas razones que en Portugal, también en Castilla fue rechazado por los técnicos (1487). Pero Isabel no desechó la idea: realmente, la ruta a oriente por occidente abría una remota posibilidad de expansión a Castilla.
Sin embargo, hasta 1492, ya ultimada la guerra de Granada, no serían firmadas las capitulaciones de Santa Fe (17 abril), no sin dificultades e incluso con un rompimiento motivado por las exigencias de Colón, que ya anteriormente, en 1491, desalentado, había querido abandonar Castilla y acudir al rey de Francia, determinación de la que le disuadieron, en La Rábida, fray Antonio de Marchena y fray Juan Pérez. Pero, en definitiva, obtuvo en estas capitulaciones los títulos de virrey y almirante y los derechos sobre la décima parte de cuanto se obtuviese en las tierras alcanzadas.
Los viajes de Cristóbal Colón
Primer viaje. Realizada la expedición, gracias sobre todo a los buenos oficios de los hermanos Pinzón, salió Colón de la costa de Huelva con las embarcaciones Pinta, Niña y Santa María el 3 de agosto de 1492 y, tras una breve escala en Canarias, el 6 de septiembre inició la travesía atlántica. La expedición alcanzó tierra en Guanahaní (Watling, en las Bahamas), que Colón bautizó San Salvador (12 octubre), no sin antes tener que sobreponerse a la inquietud de los tripulantes, lógicamente exacerbada al prolongarse el viaje más de lo previsto. Sucesivamente tocaron otras islas del mismo archipiélago (Santa María, Fernandina, Isabela) y, por último, Juana (Cuba, ya en las grandes Antillas) y la Española, donde de momento, encallada la Santa María, hizo construir Colón un primer establecimiento (el fuerte Navidad). Al regreso hubo de enfrentarse con un temporal que separó a las carabelas: la Pinta alcanzó Galicia, y Colón, en al Niña, Lisboa. Juan II lo recibió ceremoniosamente, y en seguida inició la disputa diplomática con los Reyes Católicos sobre sus derechos a las islas descubiertas.
Segundo viaje. Entretanto Colón, que había sido recibido triunfalmente en Barcelona por los Reyes Católicos, realizaba su segundo viaje (1493-1496), en el que descubrió el archipiélago de las pequeñas Antillas, Puerto Rico y Jamaica, a más de circunnavegar en buena parte por Cuba y realizar una fundación (La Isabela) en La Española (el fuerte Navidad había sido destruido por los indígenas).
Tercer viaje. En el tercero (1498-1500) descubrió costa continental (en la desembocadura del Orinoco) y luego las islas de Trinidad y Cubagua, antes de llegar a La Española. Fue entonces cuando atravesó Colón sus primeras dificultades graves como virrey, dada su escasa capacidad de gobierno.
Cuarto viaje. Realizó un cuarto viaje (1502), pero se le prohibió expresamente tocar la Española. En esta ocasión descubrió Colón la costa de América Central, entre Honduras y Panamá.
Sin embargo, Colón, que murió dos años después de su regreso, nunca llegó a sospechar que las tierras por él descubiertas no tenía nada que ver con Asia; en tal sentido el descubrimiento intelectual del Nuevo mundo cabe atribuirlo a Américo Vespuccio; en cambio, no es cierto que éste visitara el continente antes que Colón en un fantaseado viaje.
Cómo influyó esto en España

Una de las principales consecuencias del descubrimiento de Cristóbal Colón fue común para indígenas y colonizadores. Esta consecuencia es la mezcla de razas, principalmente por matrimonios legítimos, autorizados por una cédula de Fernando el Católico (1514).
Se podría decir que el cambio más importante para los indígenas, fue la economía y el comercio. Los españoles les aportaron un nuevo sistema económico más avanzado y evolucionado aunque esto era consecuencia directa de los objetivos de los españoles de obtener riquezas de aquellas tierras.
Los indígenas también obtuvieron un nuevo idioma, el español, que hoy en día sigue siendo un gran vínculo de unión entre los dos continentes, aunque también hay que decir, que debido a la colonización de los españoles y portugueses algunas lenguas nativas se perdieron.
En algunos casos hay que decir que aunque la legislación española en lo relativo al nuevo mundo se puede decir que tenía un carácter humanitario para la época, en la práctica se cometieron muchos abusos con los indígenas, y la realidad era que estaban en la parte más baja del escalafón social.
Los indígenas descubrieron nuevas innovaciones como la rueda que era desconocida para ellos. Por otra parte también llegaron al Nuevo Mundo nuevos cultivos, y la ganadería.
La cultura de los indígenas también se vio enriquecida, y un hecho notorio de ello fue la creación de nuevas universidades en el nuevo continente, así como la difusión de la imprenta que contribuyó a la propagación de la cultura.
Otra consecuencia que se puede denominar común tanto para los indígenas como para los españoles es la fusión artística que se produce entre el arte precolombino y el arte europeo. Así surge un nuevo estilo artístico que podríamos denominar colonial. Por lo tanto no sólo se produjo un mestizaje de razas.
La principal consecuencia para los españoles es que encontraron una gran fuente de riqueza que le llevó a ser el Imperio más grande de la historia. España encontró en América una gran fuente de riqueza, sobre todo de metales preciosos, especias y otros artículos. También obtuvieron nuevos productos agrícolas hasta entonces desconocidos como el tabaco, el tomate, el maíz, la patata, el chocolate, etc.
También fue un lograr para desviar el exceso de población que en aquella época existía en España.
También se consiguió un notable incremento del comercio internacional.
Una consecuencia muy importante para España fue que vio aumentada su demanda de productos manufacturados. Esto tiene dos aspectos, uno positivo ya que aumentaba su capacidad de venta y salida de productos, pero también un aspecto negativo, y era que España no tenía la capacidad suficiente para atender toda la demanda, teniendo que adquirir los productos a otros países. Esto en su conjunto, motivó un aumento de precios, que propició la caída del poder adquisitivo del pueblo.
La Corona incrementó sus arcas, y gracias a ellas, pudo nutrir su gran ejército. España, también pasó a controlar la mayoría de las rutas comerciales.
España también se benefició de la mezcla que se produjo entre las dos culturas, tanto a nivel racial, cultural o artístico, ya así, por ejemplo, el lenguaje español se vio enriquecido con nuevos términos procedentes de las Indias (americanismos).





Patricia.

La peste negra.



La llegada de la peste
A mediados del siglo XIV, entre 1346 y 1347, estalló la mayor epidemia de peste de la historia de Europa. Por entonces había otras enfermedades endémicas que azotaban constantemente a la población, la lepra era la más temida. Pero la peste tuvo un impacto pavoroso porque era inesperada, de propagación muy veloz, desconocida y mortal de la que no se conocía ni su origen, ni como tratarla; además, afectaba a todos por igual, tanto a mendigos como a ricos.

Sobre el origen de las enfermedades contagiosas circulaban en la Edad Media explicaciones muy diversas. Hubo quienes imaginaron que la peste podía tener un origen astrológico (a causa de la conjunción de determinados planetas, eclipses o el paso de cometas) o bien geológico (como producto de erupciones volcánicas y movimientos sísmicos que liberaban gases tóxicos). Todos estos hechos se consideraban fenómenos sobrenaturales achacables a la cólera divina por los pecados de la humanidad.

El descubrimiento científico
Únicamente en el siglo XIX se superó la idea de un origen sobrenatural de la peste. La continua expansión de la peste, impulsó la investigación científica en la cual Kitasato y Yersin descubrieron que era una bacteria que afectaba a los roedores y se transmitía a través de los parásitos, en especial las pulgas, quienes picaban a los humanos y les infectaban.

La enfermedad se manifestaba en las ingles, axilas o cuello, con inflamación, supuraciones y fiebres altas que provocaban en los enfermos escalofríos y delirio; el ganglio inflamado recibía el nombre de bubón, de ahí el término «peste bubónica» que era la más corriente, pero había otras variantes: la peste septicémica, en la cual el contagio pasaba a la sangre provocando manchas oscuras en la piel, de ahí el nombre de «peste negra», y la peste neumónica, que afectaba al aparato respiratorio y el contagio se producía a través del aire. Estas últimas no dejaban supervivientes.

Origen y propagación
Los indicios sugieren que la plaga fue, ante todo, de peste bubónica primaria. La transmisión se produjo a través de barcos, de este modo propagaban la peste, sin darse cuenta, allí donde llegaban.

En cuanto al número de muertes causadas por la peste negra, estudios recientes afirman que el índice de mortalidad pudo alcanzar el 60% en el conjunto de Europa, ya sea como consecuencia directa de la infección, o por los efectos indirectos de la desorganización social provocada por la enfermedad.

Recuperación
La recuperación demográfica de Europa, no se consolidó hasta mediados del siglo XV.
Para entonces eran perceptibles los efectos indirectos de aquella catástrofe. Durante los decenios que siguieron a la gran epidemia de 1347-1353 se produjo un notorio incremento de los salarios, a causa de la escasez de trabajadores. Hubo, también, una fuerte emigración del campo a las ciudades, que recuperaron su dinamismo. En el campo, un parte de los campesinos pobres pudieron acceder a tierras abandonadas, por lo que creció el número de campesinos con propiedades medianas, lo que dio un nuevo impulso a la economía rural. Así, algunos autores sostienen que la mortandad provocada por la peste pudo haber acelerado el arranque del Renacimiento y el inicio de la «modernización» de Europa.






Alba.

El arte en la Edad Media: El Románico y el Gótico.

La Edad Media es un gran período de tiempo que abarca unos diez siglos. Esto quiere decir que no podemos hablar de una única corriente artística; además, el territorio también es muy dispar, con lo que encontramos dentro de cada corriente variaciones geográficas. Por tanto realizaremos un análisis general de los estilos predominantes en estos siglos (el Románico y el Gótico), donde veremos sus características principales y sus diferencias, dentro del territorio que hoy conocemos como Europa.

La evolución artística en la Edad Media es desigual según las regiones debido al crisol de culturas que tienen lugar en Europa; desde finales del SV hasta mediados del SVIII los Francos merovingios controlan la Galia; en Italia se suceden reinos bárbaros como los Ostrogodos y posteriormente los Lombardos; en España encontramos a los Visigodos o en Inglaterra a los Anglo-Sajones.

Desde mediados del SVIII a finales del SIX la época carolingia busca la unidad del sistema político, económico y social, de las estructuras religiosas así como una tentativa de recrear el Imperio Romano, lo que produce un renacimiento intelectual y artístico.

Durante la segunda mitad del SXI emerge al fin el arte Románico, que se desarrollará según las regiones hasta finales del SVII, simultáneamente con la aparición del arte Gótico que nace alrededor del año 1140.

Para estudiar el arte de la Edad Media debemos comprender bien el contexto: podemos decir que el Románico es la manifestación de la fe cristiana; por lo tanto, el esplendor de la liturgia y del rito religioso se corresponde con una nueva visión del lenguaje arquitectónico, con iglesias de dimensiones y riquezas inusitadas hasta entonces. En el monasterio de Cluny (fundado en el SX en la Borgoña francesa) se buscó el volver a la primitiva regla de San Benito con la orden benedictina: ascética, laboriosa y contemplativa. Esto equivalió a una modificación de la liturgia y por tanto de la estructura del templo. Gracias a ello también los monasterios se propagaron por toda Europa llevando consigo el nuevo espíritu, protegiendo a los peregrinos y dejando a su paso un reguero de magníficos edificios románicos. Por tanto las iglesias y los monasterios fueron fundamentales para la propagación del nuevo lenguaje arquitectónico. Las peregrinaciones, además, promovieron el tráfico de los creyentes, siendo Francia la gran encrucijada de esta peregrinación.

La arquitectura románica se caracteriza por los siguientes elementos: construcciones de piedra que ya no tenían los techados de madera (por miedo a los incendios), lo que hizo que proliferaran las grandes bóvedas de cañón. Esto exigía unos recios soportes y gruesos muros. Uno de los elementos más característicos del románico es el arco de medio punto, acompañado por las bóvedas de arista (producidas por el cruce de dos bóvedas de cañón), las cúpulas semiesféricas apoyadas sobre pechinas y los pilares cilíndricos y cruciformes. Dado que estos templos estaban destinados a acoger un gran número de peregrinos, contaban con un deambulatorio y hubo un gran desarrollo de capillas y ábsides. Fueron características también las fachadas flanqueadas por torres o las portadas tripartitas. En cuanto a las plantas de las iglesias se empleaban la centralizada, la basilical ola de cruz latina. 

En cuanto a las artes figurativas, éstas se integraban en los templos para completar y confirmar su carácter simbólico. El edificio por tanto era una anticipación divina en la tierra y un resumen de las verdades que los fieles deben respetar; éstas ilustraban episodios bíblicos que constituían auténticas lecciones para el mundo medieval. Encontramos figuras planas, rígidas, hieráticas, que se ajustaban a la ley del marco y que tendían con frecuencia a la geometrización. Así la escultura se integra en la arquitectura.



En cuanto al gótico, su arquitectura puede ser definida según tres factores indisociables: los aspectos espirituales que alimentan su dimensión simbólica, los aspectos formales que engendran efectos ópticos y los aspectos técnicos que permiten su realización. Su combinación particular da a esta arquitectura se ilustra en la catedral gótica, un edificio que, dentro de su complejidad, parece ofrecernos la síntesis del pensamiento de la época. La arquitectura metamorfosea los brillos de las vidrieras que sirve como escenario de la manifestación divina y ayuda a los fieles a elevarse hacia Dios. Debido a esta búsqueda de cercanía con Dios las catedrales eran los edificios más grandes del paisaje, y su aguja dominaba todo el conjunto arquitectónico de la ciudad. 

Desaparecen así los gruesos muros característicos del románico y son sustituidos por los arbotantes y los contrafuertes; las bóvedas de cañón cambian por las de crucería (que son formadas a causa del cruce de los nervios que salen de las columnas. Además desaparece el arco de medio punto y es sustituido por el arco ojival o apuntado. Las primeras catedrales góticas (Sens, Saint-Denis y Chartres) recogían las innovaciones góticas con la intención quizá de mostrar el poder emergente de la monarquía francesa y el deseo de ruptura con Cluny.

El modelo clásico de catedral gótica cuenta con planta de cruz latina, bóveda de crucería, amplio ábside con capillas radiales, pilares con columnillas adosadas, muros articulados y un complejo sistema de equilibrio de tensiones a base de arbotantes y contrafuertes. Todo ello da una gran sensación de verticalidad e interiores espaciosos y claros. Suele estar flanqueada por dos torres, hay una puerta por cada una de las naves (generalmente tres), y sobre la puerta encontramos un rosetón.
               

Nave de la catedral de Friburgo (Alemania) y fachada occidental de la catedral de Estrasburgo (Framcia).

Por otro lado encontramos el lado austero cisterciense; así como el románico estaba ligado a la orden de Cluny, el gótico se asocia con el Císter, que tuvo su origen en la reforma de la orden benedictina emprendida por san Bernardo de Claraval. Se basaba en tres principios básicos que se reflejan en su arquitectura: la pobreza, el deseo de huir del mundo y la estrecha relación entre conventos hermanos. Los monasterios eran así edificios sólidos y duraderos hechos de piedra, y el ideal de pobreza se reflejó en la austeridad y en la ausencia de elementos decorativos; tampoco se permitían las vidrieras y si aparecía algún tipo de decoración era una sencilla esquematización vegetal o geométrica.


Abadía de Fontenay (Francia).

En cuanto a las artes figurativas, encontramos una mayor cantidad de temas marianos que desplazan al Pantocrátor que ya raramente aparece. Los asuntos representados son más humanos y buscan emocionar a los fieles. Además se busca el naturalismo: los pliegues de las telas son más fluidos, no hay tanta geometrización y las representaciones llegan a mostrar emociones. La vegetación además deja de ser abstracta.

Detalle arquitectónico de la catedral de Estrasburgo (Francia).

En cuanto al marco pictórico encontramos tres vertientes: la pintura del SXV en los Países Bajos, que mezclan lo religioso y lo cotidiano. Estas obras están realizadas al óleo, y son imágenes cargadas de un gran simbolismo. Algunos de sus representantes son Roberto Campin (o Maestro de Flémalle), Roger van der Weyden, Hugo van der Goes, los hermanos Van Eyck (que introdujeron la figura del “donante” en los cuadros). Su técnica cuenta con un gran detallismo, con una visión que podría llamarse casi microscópica.


"El descendimiento de Cristo" de Roger van der Weyden y detalle. 1436.


Por otro lado contamos con la pintura del Duecento y el Trecento en Italia; el Duecento se encontró sobre todo en Florencia durante el SXIII, cuando Italia estaba todavía bajo la influencia bizantina, y encontramos en consecuencia pinturas que seguían la maniera greca hasta evolucionar en los volúmenes y las expresiones de los personajes. Solemos encontrar fondos dorados, composiciones simétricas y hieratismo en las figuras. Dos de los mayores representantes del Duecento fueron Cimabue y Giotto (profesor y alumno respectivamente). El Trecento por su parte se desarrolló en Siena, y entre sus representantes cuenta con Duccio di Buoninsegna, Simone Martini y los hermanos Lorenzetti, Ambroggio y Pietro. Hay un mayor interés por el volumen y la representación del espacio e intenta reflejar sentimientos humanos en sus obras. Los volúmenes cúbicos de las casas y las calles en perspectiva oblicua anticipan la gran pintura del Quattrocento.

"La Virgen y El Niño en Majestad rodeados de seis ángeles" de Cimabue. 1270. 


"Majestad; Virgen con ángeles y santos" de Duccio. Entorno al 1310.


Bibliografía:

Heck, C. (2005) Moyen Âge, Chrétienté et Islam, Histoire de l'Art, Flammarion, Paris.
Ramírez, J. A. et al. (2006) Historia del Arte 2, SM, Madrid.


Paula.



jueves, 12 de diciembre de 2013

Vida en el feudalismo.


El feudalismo fue un acuerdo contractual de relaciones políticas y militares entre los miembros de la nobleza de Europa occidental durante la alta edad Media. Se caracterizó por la concesión de los feudos, que casi siempre eran en forma de tierras o trabajo, a cambio de una prestación política y militar.

En el feudalismo más clásico la tierra pertenecía al príncipe soberano que la recibía “ de nadie sino de Dios”. El príncipe cedía los feudos a sus barones que le prestaban ayuda política y militar. Y estos últimos (nobles) podían ceder parte de sus feudos a caballeros para que les sirvieran a la vez política y militarmente. Porque lo que el feudalismo es una pirámide feudal en la que el monarca este en la cúspide, los señores por debajo y por último los caballeros feudales.

Las obligaciones del vasallo era prestar ayuda militar al señor, pero no la única. Si el señor era propietario de un castillo el señor podía exigir al vasallo la “custodia del castillo”. También que le atendiera en su corte para aconsejarle y participar en juicios que afectaban a otros vasallos. Por último que el vasallo le ofreciera ayuda financiera al señor cuando la necesitase. Sobre este último tema estallaron una serie de conflictos durante los siglo XII y XIII y en Inglaterra la “La carta Magna” definía las obligaciones del vasallo con el señor. En cuanto ofrecer ayuda financiera al señor no era obligatorio salvo en tres casos: el matrimonio de su hija mayor, el nombramiento como caballero de su primogénito y para el pago del rescate del propio rey. En Francia se añadió un motivo más: La financiación de una cruzada organizada por el monarca. Por otro lado los señores tenía el derecho de pasar la primera noche con la mujer vasallo “Ius prima nocte” es el Derecho de pedida. En cuanto a la sucesión de los feudos, estos eran hereditarios y tenían que pagar un impuesto de herencia llamado “socorro”. Si un vasallo moría y dejaba un heredero mayor de edad y buen caballero el señor no tenía nada que objetar, en cambio si el heredero no era mayor de edad o era una mujer el señor podía asumir el control del feudo hasta que el heredero fuera mayor de edad o que la viuda se casara con un hombre apto para el señor. Si el vasallo no tenia sucesión directa se aceptaba a sus hermanos pero no a sus primos. Y si para el señor ninguno de los herederos era apto pasaría a ser él el propietario del feudo.
En caso de la ruptura del contrato por parte del vasallo, el señor le podía acusar en su corte ante otros vasallos y si estos decidían que era culpable confiscarle el feudo. En caso de que el vasallo quiera defender sus tierras el señor le podía declarar la guerra. Pero si el señor incumplía sus obligaciones el vasallo podía desafiarle y bien podía seguir conservando el feudo como dominio propio o conservarlo como vasallo de otro señor.

El feudalismo alcanzó su punto culminante de desarrollo en el siglo XIII y a partir de entonces comenzó su decadencia, ya que los vasallos empezaron a preferir dinero en metálico a cambio de la ayuda que le ofrecían a los señores, y los señores empezaron a preferir dinero para contratar tropas profesionales para su defensa. Todo esto aderezado a que comienzan a surgir nuevas tácticas de infantería y la introducción de nuevas armas como el arco y la pica, lo que hizo que la caballería no fuera un factor decisivo para la guerra.


Alejandra.

lunes, 9 de diciembre de 2013

El fin de Roma.

A finales del verano del año 476, Ravena, ciudad que desde hacía unas décadas era la capital del Imperio romano de Occidente, fue escenario del acto final de una breve y dramática historia de la lucha por el poder: el general bárbaro Odoacro destituía al joven Rómulo Augusto, a quien su padre, el patricio Orestes, había nombrado emperador de Occidente un año antes. […]

Tradicionalmente, estos sucesos han sido interpretados y descritos como el último capítulo de la historia del Imperio romano de Occidente, con el que cae el telón de la Antigüedad y se abre el de la Edad Media. […]


Las crónicas nos presentan a Rómulo Augusto como hijo de Orestes, un noble romano afincado en Panonia (Hungría), una zona en la que desde la década de 430 había desaparecido toda autoridad imperial. […] Entre 449 y 452, Orestes se unió al séquito del huno Atila. Le sirvió como secretario y como embajador, y en dos ocasiones fue enviado a la corte imperial de Constantinopla en misiones de cierta importancia. La presencia de Orestes en estas legaciones respondía, más que a su dominio en las lenguas clásicas o la confianza que en él tuviera depositada el líder huno (en ambos casos hubo jefes hunos en las embajadas: Edeco y Esla, respectivamente), a la utilidad de su red de contactos tanto en Constantinopla como en Italia.


A la muerte de Atila, en el año 453, Orestes buscó fortuna en el Imperio romano de Occidente, donde desarrolló una exitosa carrera. Veintidós años después, en 475, recibía del emperador Julio Nepote la codiciada dignidad de patricio, el más preciado honor que se podía conceder a un noble, así como el nombramiento de general de las tropas imperiales (magister militum) destinadas a contener los ataques visigodos y burgundios en el sur de la Galia. Sin embargo, en lugar de cumplir las órdenes establecidas, Orestes se rebeló y marchó contra Julio Nepote. […] Dos meses más tarde, el 31 de octubre, el hijo de Orestes, Rómulo Augusto, era proclamado en Ravena emperador de la parte occidental del Imperio romano. Como era de esperar, Orestes se constituyó en el <<hombre fuerte>> del nuevo gobierno imperial, y asumió y ejerció el poder en nombre de su hijo durante los escasos diez meses que duró su mandato.

Pero Orestes apenas tuvo tiempo de gustar las mieles del poder. En el veranos de 476, hubo de hacer frente a una rebelión de su ejército: los soldados le reclamaban la concesión de la “tertia”, esto es, en tercio de las tierras de labor, para asentarse en ellas como propietarios de pleno derecho. Ya se había hecho anteriormente en otras provincias, pero en suelo itáñico esta demanda resultaba totalmente inaceptable, por lo que Orestes no le quedó más remedio que rechazarla. Las tropas amotinadas escogieron como líder a Odoacro, a quien otorgaron el título de rex. Lo demás es conocido: la conquista de Ticino y la ejecución del padre de Rómulo en Placentia.

[…]

Comprimida entre Orestes y Odoacro, esos dos aventureros de altos vuelos, la figura de Rómulo Augusto queda empequeñecida, difuminada. Fue una marioneta en manos de uno y otro, un instrumento más de sus juegos de poder, útil por un breve espacio de tiempo y pronto expulsado del escenario, relegado al silencio y al olvido. […]

El episodio de la destitución de Rómulo Augusto lleva aparejada una nota de incertidumbre: tras haber dado muerte a su padre y a su tío en el plazo de apenas una semana, Odoacro se limitó a privar al joven de su trono, apiadado, dicen las fuentes, de sus pocos años. […]

De esta manera, entre los jirones de la niebla que pone ante nuestros ojos una documentación histórica demasiado parca y esquiva, se desvanece la figura de un emperador niño que fue víctima de los manejos y enredos de ambiciosos señores de la guerra y <<hacedores>> de emperadores, en un Imperio romano que, sin saberlos, había entrado en una lenta pero inexorable metamorfosis.




Texto por José Joaquín Caerols, profesor titular de filología latina, Universidad Complutense de Madrid. HISTORIA National Geografic, n 50.


Paula.

viernes, 6 de diciembre de 2013

El nacimiento del Cristianismo.

Después de la muerte de Jesús, los apóstoles siguieron practicando su doctrina. Muchos de ellos vivían en Jerusalén, donde se organizó la primera comunidad cristiana. El cristianismo se empezó a difundir entre los gentiles (no judíos).

El apóstol Pedro había sido designado por Jesús como la piedra sobre la cual se debía edificar su iglesia. Él viaja a Roma y ahí se funda la primera comunidad cristiana de Occidente. Predicó la resurrección de Jesús como signo del perdón y salvación de la humanidad. Murió en la persecución cristiana, decretada por el emperador Nerón.

Pablo de Tarso fue uno de los grandes perseguidores del cristianismo, pero se convirtió, transformándose en el gran propagador de la fé. El idioma griego fue muy importante en la transmisión del mensaje y la doctrina cristiana ya que Pablo viajó por regiones que, mayoritariamente, tenían el lenguaje y cultura griega.

Pedro, Pablo y los demás apóstoles, se dirigieron a lugares muy remotos del mundo difundiendo la nueva religión.

El cristianismo se expandió rápido ya que el mensaje de Jesús era sencillo, y a través de parábolas y un lenguaje accesible estuvo al alcance de los más humildes, también gracias a que esta doctrina era atractiva para los pobres por su estilo de vida y comunidad de bienes.

El Imperio romano incorporó muchos cultos orientales que fueron difundidos en el mundo y esto favoreció a los primeros años de expansión del cristianismo y cuando se hizo evidente, empezaron las persecuciones en muchas ciudades romanas.

El monoteísmo de los cristianos y el mensaje de la igualdad entre los hombres que quería transmitir el cristianismo fue considerado como subversión e influencia a conflictos, estas razones se consideraban como traición y los perseguidores creían que los cristianos debían morir.

La primera persecución la hizo el emperador Nerón en el año 64 y los apóstoles Pedro y Pablo fueron ejecutados en Roma. El emperador Nerón hizo crueles torturas a los que su conducta los hacía detestables y a los que conocía como cristiano, el cristianismo estaba en Roma y se apresó a los que se declaraban cristianos, después estos dieron nombres de otros cristianos que también fueron presos, se les acusaba y la gente se divertía poniéndole pieles de animales para que fueran mordidos por perros, otra veces se les amarraba una cruz y en la noche se les untaba con resina y los ardían como antorchas. Nerón ofreció sus jardines para este espectáculo. Aquí se le llamó persecución de oficio ya que quienes eran o se suponían cristianos fueron perseguidos por los gobernadores del Imperio.


Patricia.

martes, 3 de diciembre de 2013

Rómulo y Remo. La fundación de Roma.




Cuenta la leyenda que Ascanio habría fundado la ciudad de Alba Longa sobre la orilla derecha del río Tíber. en esta ciudad latina, reinaron muchos de sus descendientes hasta llegar los hermanos Numitor y Amulio.

Amulio, en su afán de poder, destronó a Numitor y para que no pudiese tener descendencia que le disputase el trono, condenó a su hija Rea Silvia a ser sacerdotisa de la diosa Vesta para que permaneciese virgen.

A pesar de ello Marte, el dios de la guerra, tuvo con ella mellizos. Cando estos nacieron, para salvarlos fueron arrojados al Tíber dentro de un cesto que llegó a la zona de las siete colinas situada cerca de la desembocadura del Tíber.

Una loba al acercarse a beber agua, y tras escuchar a los mellizos llorar, les recogió y amamantó en su guarida del Monte Palatino hasta que un buen día les encontró y rescató un pastor cuya mujer los crió, y fueron ellos quienes dieron el nombre Rómulo y Remo a los mellizos.

Ya adultos, los mellizos repusieron a Numitor en el trono de Alba Longa y decidieron que fundarían, como colonia de esta, una ciudad en el lugar donde habían asido amamantados por la loba, para ser así sus reyes. En ese lugar había siete colinas: los montes Aventino, Celio, Capitolio, Esquilino, Palatino, Quirinal y Viminal. Rómulo y Remo discutieron sobre donde fundar la ciudad.

Estudiaron cuidadosamente el vuelo de las aves, consultando con augures de la localidad para conocer los buenos auspicios. y en la zona del cielo que la varita del augur había destinado a Rómulo (la zona sobre el Palatino) aparecieron doce buitres, mientras que en la de Remo solo aparecieron seis.

El augur nombró a Rómulo legítimo fundador de la nueva ciudad y seguidamente Rómulo hizo un surco que marcaría los límites de la muralla de la nueva ciudad y dijo que quien osase traspasar la línea sería asesinado. Remo saltó sobre el surco como burla porque sentía celos y se desató una violenta pelea.


Remo fue asesinado por Rómulo y este quedó como único rey de la ciudad a la que llamó Roma en su honor.






Alba.